Es mi desahogo, mi libertad, mi grito, es mi letra mi refugio, es donde encuentro el espejo que refleja lo que soy y no me dejan ser, mediocre, escasa pero mía, por lo menos mía, intrínsecamente mía es mi letra, es en ella que busco claridad entre estrellas opacas que la luz artificial enceguece, las corro de un manotazo las acomodo a mi gusto imagino así una galaxia personal mi propio espacio sideral, en mi letra hago y desahogo según mis ansias, invento un mundo y destruyo otro, sueño mi letra y la sueño mía, con las manos sucias de barro la letra esta en un papel, en algún lugar sin ser escrita, esa poesía que nunca pude escribir, ese escrito que termino antes de empezarlo, mi letra me ayuda a desaparecer es el camino hacia la desaparición dulce y eterna, y por supuesto también mía. Mi relato, mis miserias, mi propia existencia única, personal e intransferible, analogía absurda con cualquier plástico pertinente de consumo, y ahí se nos va yendo nuestro tiempo en esta nuestra única linea posible, pero mi letra lerda y perezosa sigue vaporizada como el alma fluye por mis calles, y mi letra es mía y de nadie mas, la quiero para mi, la quiero encontrar en la esquina donde los contornos se deforman, con ella se esquiva el tiempo, con ella soy libre de mi propia libertad...
Desde el balcon

Desde el balcón se la puede ver, como quien mira la luna o las estrellas que muestra un cielo de montaña, así se la puede ver sin tocarla, deseando hacerlo pero sin irrumpir abruptamente en su costumbre, por que cambiar el orden seria cambiar las cosas, la luna se convertiría tan solo en una piedra que gira derredor de nuestra rutina, esa luna que es nostalgia por que no podemos adivinar su secreto, es aquel misterio lo que la vuelve desesperadamente poética, hermosa, literaria, pero no, en este caso el balcón es tan solo algo que imagino mientras piso una alfombra color gris, pues claro no es un balcón con ventanas, ni es a la calle hacia donde miro, pues mi balcón me lo imagino cuando logro hacer desaparecer las respiraciones que flotan a mi alrededor, entonces estoy solo en mi propia historia y miro hacia abajo que no es tan abajo y me veo viendo, y así podría quedarme horas, mirando, tan solo mirando sin querer que el hechizo desaparezca por que así estamos bien, mi balcón, yo y la imaginación pervertida del recuerdo.
Así estoy bien, en mi fantasía regada al calor de la belleza que veo, no quiero cortar la flor dado que tenerla significaría dejar de desearla, y en mi espacio prefiero que todo sea contingencia ya que para certezas esta el otro lado, aquel lugar de donde vengo donde las respiraciones son carne, pero entonces decía que en esta historia, en este balcón, y con este árbol que veo respirar, todo tiene que estar como esta para que siga siendo otro lugar, para que siga siendo un remanso entre tanto monstruo desagradable dando vueltas, entre tanta carne podrida, una fruta no se toca por que es preciso dejarla ser hasta que se pudra y desde mi balcón poder verla convertida en aleteo de alguna mariposa o quizá de algo que mañana imagine mejor...
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