"Mas doloroso que ser infeliz, es la incapacidad de tender a la felicidad"
Contar la línea de las cosas, no como un recta con sentido
sino mas bien pensar esta historia como una historia que sucede basándose en
saltos, en roturas de la línea de tiempo, las cosas que no pasan cuentan la
historia que sucede, es como estar en el tiempo fuera del tiempo. Ser parte del
viento, soplar fuera del tiempo, preso de mi propia libertad he aquí mi
condena.
La narración va de primera persona, por que considero que no
se puede escribir lo que uno quiere escribir sino se hace cargo, podrán los
personajes mutar de nombre, de rostro o de actitudes, la mente no siempre se
guía con una fina racionalidad, pero creo que al fin y al cabo el despropósito
de esta historia contada requiere un culpable, mentiras y verdades se bifurcan
y se chocan en puntos desconocidos pero estallan siempre contra la misma pared.
No soy escritor, tampoco un poeta pero me gusta el desvarío de
las historias que no se cuentan, de las que nunca pasaron, me gusta pensar que
una palabra pudo cambiar el curso de una historia y que esa historia pudo haber
cambiado el de muchas otras. Pero no sabría por donde empezar el relato, quizá
por que aun deba imaginarme la historia mas luego mezclarla con el inconsciente
y darle una pizca de verdad oculta que tanto me atrae de los escritores que leo
a diario como si esa lectura armara solo para mi una relación directa con la
letra.
Me gusta pensar que en un catalán sentado cómodo en su sillón,
que su juventud esta muerta en un recuerdo, que la mía florece y se pudre
lentamente y que voy naufragando directo al horizonte, a convertirme en una
triste farsa de mi propio reflejo.
Por eso Nora, por eso me agarro de lo que solo quedaron un
par de muebles y una exquisita literatura rusa, y la herede yo, tengo el tesoro
de un inmigrante, y nace esta historia, y así voy matando el aire, matando el
tiempo que mata, saldando mi condena.