Rio revuelto

Va silbando una melodía, en un laberinto de pasillos que conducen siempre al mismo lugar, tartamudo quiere gritar su canción para explicarnos lo que siente, silba, enmudece y se resigna, piensa, y vuelve a pisar el escalón con fuerza.
Todo se derrite cuando sus leyes son las que gobiernan. Por que sabe que la cárcel se construye con barrotes invisibles, tiene la certeza (y se lo repite) de que las rejas existen solo si creemos que existen (piensa), es ahí cuando él se da cuanta del poder de decidir, quiere, vuelve a dar un paso mas de la escalera que siempre va hacia arriba, vuelve a silbar y ahora canta una parte de su estrofa preferida, vuelve la vista y puede ver lo que sabe que no es real, lo ve y calla impertérrito ante la adversidad, escucha rumores, zumbidos, las voces que se acercan y todavía quedan mas escalones por subir, sigiloso sigue sus pasos, las paredes, los escalones de abajo, y los zumbidos ya cercanos y desgarradores, empiezan a convertirse en una especie de liquido viscoso que absorbe lo que encuentra a su paso.
Le gana la intriga, busca entre tanto tráfico de sensaciones y quiere conocer desde donde se avecina la avalancha, gira la cabeza con su cuerpo mas liviano, asoma para ver, quiere reflejarse en el charco inmundo por la viscosidad y puede ver como cientos de manos que aun ahogàndose no le piden ayuda, parece que no quieren escapar del río turbulento que los fagocita, ríe impiadoso, piensa, fija su mirada, da un paso más y silba...

1 comentario:

Anónimo dijo...

confio en que siempre se puede dar un paso mas!
sigo disfrutando de leerlos...