Le decía lindo, con asiduidad con una frecuencia perversamente planeada con antelación, en eso sí que era cautelosa pero nadie podría negar que no era perseverante, era pausada perversa y enloquecedoramente sincera.
Pero las palabras tienen un módico precio, por eso se escupen y no se piensan, pero no. Las palabras tienen en su peso el mas caro de todos los precios, es ahí donde radican las grandes confusiones, es ahí donde radica el negocio de los psicoanalistas matriculados.
Quizás si comprendièramos entre todos el peso real de las palabras y su tajante diferencia de significados y simbolismos podríamos dejar de ser presos de ellas.
Por que ella las repetía hasta volverlas reales, y lo real todos sabemos que acaba en un choque virulento con la pared, es por eso que todos al final de cuentas terminamos con la cara rota salando nuestras heridas.
Las palabras, las oraciones mal formadas pero por que no también el silencio, por que digo palabras escupidas al viento pero también estoy diciendo silencios donde tuvo que haber palabras, es extraña la confusión a la que nos prestamos día a día.
Es extraño ser humano, lo mas fácil se presenta siempre complicado y lo complicado siempre se nos presenta aun mas apalabrado.
1 comentario:
las mas duras, pesadas y baliosas ... las indelebles, moldeables e indosoluble ... como los manuscritos que no terminamos, como las cosas que no cosimos y tambien como los abrazos de recuentro que no daremos.
creeme cuando te diga!!!!!
Publicar un comentario