Sopa de letras

Los existencialistas como yo no escribimos

Solía escribirle para leerlo y solía leerlo para escribirle, era un ida y vuelta de ideas entrelazadas o una idea separada por el arbitrio de la creación en dos cabezas, una conexión cósmica supo definir Gustavo, muy a pesar suyo.
¿Y que otra cosa podría ser? si no somos más que polvo de estrellas.

“Separamos mañana de ayer o de ahora porque mañana es, en principio, expresión de creencia…” Benveniste

El problema radica esencialmente en la concepción del tiempo que adquirimos y que se transmite irremediablemente. Parte del entendimiento que nos caracteriza determina una verticalidad temporal en la que nos vamos trasladando desde el inicio hasta el final, lo mas grafico sería hablar de camino. Cuando necesariamente y de manera fáctica no se produce ningún tipo de traslado de materia. Es decir: no hay camino y nuestros pasos no van a ningún lado. Estamos, solo eso, hasta que dejamos de estar. Somos naturaleza disfrazada de cultura.
El pasado y el futuro se conjugan en un mismo lugar y se cocinan en la olla de nuestra fantasía como ucronía y como utopia.
El lenguaje es parte del problema, los caprichos de los símbolos y las palabras que hacen preciso que la realidad se adapte a ellas.
Como hablar de amor? El amor de mi viejo, el amor de una mujer, a los veinte y a los sesenta, el primer amor y el ultimo, cual de todos? Si amamos distinto a cada persona, que palabra reflejará cabalmente lo que sentimos en cada circunstancia particular? Ninguna. Ninguna palabra manifiesta sentimientos. Aun más, las palabras que esbocemos van a trascender en el interlocutor de acuerdo a sus propios sentimientos (o imaginario) y no de acuerdo a los sentimientos (o imaginario) del que las emite.
La única alternativa sería caer en una cadena explicativa sin retorno, palabra por palabra, cuya definición deberá contener una nueva definición, y una nueva y así hasta el infinito… o el hartazgo, en cuyo final se encuentra siempre, siempre, la voluntad de poder o la guerra misma.
Al valernos del lenguaje y al ser necesarias las clasificaciones para el desarrollo de nuestra cultura la realidad, nuestro entorno, nosotros mismos, nos convertimos en parte de una estructura finita de términos. Todos nuestros sentimientos se reducen a: “amor”, “odio”, “rencor”, “alegría”, “felicidad”, “tristeza”. Todos. Parece un extraño sometimiento útil, plagado de contradicciones y malos entendidos.
Los recuerdos, como todo en la historia, son irrepetibles, como un libro, cada leída es distinta, y siempre es distinta al hecho. Son inaccesibles a través de nuestros ojos, son ajenos dentro nuestro. Las mismas palabras trocaron su sentido y la hermenéutica no basta, es solo una bella teoría hecha de palabras custodias del lenguaje. El llanto no fue tan seco y la risa una mueca. El lenguaje amordazó nuestro espíritu.

2 comentarios:

principìta dijo...

"naturaleza disfrazada de cultura" hace mucho no lei tan buena definicion...el lenguaje, nuestra carcel...me encanto...vamos por mas!!! que este duo escritor es lo mas!!!

La Maga dijo...

y sin embargo.... sigo creyendo, porque el tiempo me enseño que solo permancen (muy pocas) aquellas en las que crei, defendi y luche, pero ahora mas puras y silentes que antes.